Índice
Para empezar este tema, abajo encontraras un testimonio actual en el uso de Peroxido de Hidrogeno Grado Alimenticio. Por favor comparte con nosotros este tema compartiendo tu experiencia y pregunta a otros en esta categoria.
No hay nada que un doctor tema más que ver a un paciente enfermo de enfisema entrando en silla de ruedas a su oficina. La primera vez que usé el Peroxido de hidrógeno de manera intravenosa en uno de estos pacientes, yo no lo podía creer cuando él volvió para una segunda dosis tres días más tarde. El Señor R.D tenía enfisema terminal. Él había llegado a aquel último rito de paso para la víctima de enfisema: una silla de ruedas con oxígeno constante siendo inhalado por su nariz. Su color era grisáceo y sus labios eran azules a pesar del oxígeno; una situación obviamente desesperada. Sobre su primera visita al Centro de Douglass, él había salido recientemente del hospital después de luchar contra la pulmonía. El siguiente al ataque de pulmonía lo mataría, si el paro cardíaco no lo hacía primero. Como con todos nuestros pacientes con enfermedad pulmonar, Sr. R. D. comenzó a toser diez minutos después de que el tratamiento comenzó. Con el primer tratamiento, el paciente a menudo parecerá que empeora inmediatamente, con tos violenta y producción de cantidades copiosas de flema. El oxígeno parece burbujear encima de entre el forro de membrana [del pulmón] y así impulsa el pus hacia arriba. Esto estimula la tos y el retiro de toda la chatarra que se ha acumulado en los pulmones. Después del tercer tratamiento, él todavía respiraba con dificultad. Redujimos el volumen de fluido en su infusión a la mitad, y él no tuvo ningún tipo de reacción. Después de cuatro tratamientos, él desechó su silla de ruedas e interrumpió su oxígeno nasal. El color de su cara se ha vuelto rosado, y duerme sin dificultad. Este tipo de mejora es inaudita en pacientes de enfisema. Otro signo de su recuperación notable era una vuelta de apetito y un aumento de peso de ocho libras aprox. estoy convencido que con la terapia de Peroxido finalmente tenemos un tratamiento eficaz para estos pacientes severamente afligidos. El resultado final es un paciente muy feliz." (Guillermo Campbell Douglass, M.D., Peroxido De hidrógeno, Milagro Médico, Segunda Industria editorial de Opinión, 1996 ISBN
No hay nada que un doctor tema más que ver a un paciente enfermo de enfisema entrando en silla de ruedas a su oficina. La primera vez que usé el Peroxido de hidrógeno de manera intravenosa en uno de estos pacientes, yo no lo podía creer cuando él volvió para una segunda dosis tres días más tarde. El Señor R.D tenía enfisema terminal. Él había llegado a aquel último rito de paso para la víctima de enfisema: una silla de ruedas con oxígeno constante siendo inhalado por su nariz. Su color era grisáceo y sus labios eran azules a pesar del oxígeno; una situación obviamente desesperada. Sobre su primera visita al Centro de Douglass, él había salido recientemente del hospital después de luchar contra la pulmonía. El siguiente al ataque de pulmonía lo mataría, si el paro cardíaco no lo hacía primero. Como con todos nuestros pacientes con enfermedad pulmonar, Sr. R. D. comenzó a toser diez minutos después de que el tratamiento comenzó. Con el primer tratamiento, el paciente a menudo parecerá que empeora inmediatamente, con tos violenta y producción de cantidades copiosas de flema. El oxígeno parece burbujear encima de entre el forro de membrana [del pulmón] y así impulsa el pus hacia arriba. Esto estimula la tos y el retiro de toda la chatarra que se ha acumulado en los pulmones. Después del tercer tratamiento, él todavía respiraba con dificultad. Redujimos el volumen de fluido en su infusión a la mitad, y él no tuvo ningún tipo de reacción. Después de cuatro tratamientos, él desechó su silla de ruedas e interrumpió su oxígeno nasal. El color de su cara se ha vuelto rosado, y duerme sin dificultad. Este tipo de mejora es inaudita en pacientes de enfisema. Otro signo de su recuperación notable era una vuelta de apetito y un aumento de peso de ocho libras aprox. estoy convencido que con la terapia de Peroxido finalmente tenemos un tratamiento eficaz para estos pacientes severamente afligidos. El resultado final es un paciente muy feliz." (Guillermo Campbell Douglass, M.D., Peroxido De hidrógeno, Milagro Médico, Segunda Industria editorial de Opinión, 1996 ISBN
